
A lo largo de estos dias he estado reflexionando sobre los espacios virtuales de aprendizaje y todo lo que las nuevas tecnologias nos estan pidiendo a los profesionales de diversos campos, quienes hemos abrazado la educación como profesion y vida. Pensaba un poco sobre como es necesario que las instituciones aporten los elementos necesarios para que esto sea una realidad (disponer de los recursos, capacitar a los profesionales y alumnos en el uso de las TIC`s, comenzar a usar las Red como un medio ordinario de comunicacion, el infaltable ajuste curricular, entre otros); pero hay algo que no depende de las instituciones y que quizás se convierta en la mayor limitación ante la nueva era que está en medio de nosotros:
DEBEMOS ABRIRNOS AL CAMBIO. ¡Yo me asombro de ver como los arboles en febrero y marzo comienzan a deshojarse, la tierra se agosta hasta tal punto que parece un yelmo: la naturaleza esta abierta a la renovacion y a la transformación. No he sabido que un árbol se aferra a una hoja muerta, al contrario, la libera, pues en ese proceso esta su renovación y vida. Si abrimos bien nuestros ojos podremos notar como cada amanecer es distinto, como cada café mañanero tiene sabor a esperanza, como cada bendicion de nuestros hijos, cada ternura y abrazos son distintos. Es un poco entender el cambio, como un proceso normal que nos dirige hacia la plenitud. Es abrirnos a lo milagroso de la vida.Incluso aquella materia aparentemente inanimada cambia, vibra. ¿Y tú? y ¿Yo? Docentes del siglo XXI que te adhieres a tus viejos cánones. Un día despertarás y ya será tarde. Docentes: ¡Temblad!
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